Tanto el discurso y la oratoria política como los cantitos tribuneros de las canchas de fútbol tienen un límite. Todo lo que se diga o se cante se para en seco cuando la realidad dice presente. No hay nada que pueda con la realidad, eso que sucede efectivamente, de manera cierta.
Contrario a la realidad es la fantasía, la imaginación del ser humano para ver cosas que sólo suceden en su mente, en su interior. En consecuencia, lo único concreto, tangible y que existe es la realidad. Lo demás es puro chamuyo, puro verso. Puro canto tribunero.
Los hinchas de fútbol suelen tener más imaginación que elementos certeros de la realidad, pero esta se encarga, sistemáticamente, de desenmascararlos. Por caso, la hinchada de Talleres suele cantar una conmovedora canción: “A Talleres yo lo amo, lo sigo a todos lados en las buenas y en las malas, siempre contá con tu hinchada...”. Conmovedora hasta las lágrimas... y hasta que uno ve la realidad.
Repasemos.Último partido de Talleres en el Torneo Argentino A en 2013. Choque con San Jorge de Tucumán, triunfo y ascenso a la Primera B Nacional. Conmovedoras 60 mil personas según los pesimistas (62 mil para los optimistas) alentando a rabiar el regreso a la segunda categoría del fútbol argentino. Talleres en las buenas y con cancha llena.
Cotejemos.Último partido de Talleres en la B Nacional 2014, 13 meses después del regreso. Choque con Villa San Carlos en el Kempes y triunfo 3-2. Los dos equipos ya descendidos. Conmovedoras cinco mil personas para los optimistas (2.500 para los pesimistas).
¿Entonces? Un poco más de realidad y menos imaginación: en las buenas sí y en las malas no. Dicho esto, me meto de lleno en el Mundial. Hasta siempre.