Varios ómnibus sin pasajeros fueron incendiados y algunos comercios saqueados esta noche en San Pablo, mientras se reportaron peleas y tumultos en espacios públicos de Río de Janeiro, Belo Horizonte y Recife, tras la goleada de Alemania que dejó al seleccionado brasileño fuera de la final del mundial de fútbol que se juega en Brasil.
“Al caer la noche se produjeron hechos aislados de violencia en distintas ciudades del país; prendieron fuego una estación de ómnibus y desconocidos saquearon y vaciaron un local de electrodomésticos” en San Pablo, dijo la red Globo, citada por la agencia de noticias Ansa.
Un par de micros estacionados fueron quemados en Sapopemba, en la periferia paulista, y otro sufrió el mismo daño en Villa Constanza, mientras en San Mateo un comercio fue completamente destruido.
Canales de televisión locales reportaron que una calle fue cortada en Itaquera por gente con palos y neumáticos incendiados, descontentos por el resultado del partido semifinal y la humillación sufrida por el seleccionado brasileño, que perdió 7-1.
Por otra parte, se registraron peleas y tumultos en los Fan Fest -grandes espacios públicos para ver los partidos en pantallas gigantes- de Río de Janeiro, Belo Horizonte y Recife.
En la playa Copacabana, donde está emplazado el Fan Fest en Río de Janeiro, cientos de personas abandonaron corriendo el lugar al observar tanto una pelea como la aparición de grupos de arrebatadores, informó la Policía Militar y consignó la agencia DPA.
En Belo Horizonte, donde se jugó el partido de esta tarde, cinco personas fueron detenidas después de incendiar una bandera de Brasil -una imagen de este hecho circuló profusamente por Twitter- y protagonizar peleas.
En esa ciudad, la policía lanzó bombas de gas lacrimógeno para dispersar otro tumulto.
Paralelamente, Globo reportó que “la policía montada entró al Fan Fest de Recife y lanzó gases lacrimógenos”, y que “testigos aseguraron que dentro del recinto se realizaron disparos, pero que luego de unos minutos la situación se resolvió”.
