En un partido lleno de complicaciones y en la casa de uno de los candidatos a ascender, Instituto consiguió ayer un buen punto en Santa Fe. En un encuentro chato, Rodrigo Barucco apareció en un par de ocasiones para que la Gloria, que jugó 38 minutos con un hombre menos, sume una unidad.
No cambió en nada el estilo y la estrategia de juego del DT Diego Osella con respecto a lo que fue Colón en el último torneo de Primera. Más allá de que ahora sus obligaciones le piden que sea protagonista, el Sabalero le dio la pelota a Instituto.
Desde el minuto 1, la Gloria tuvo la posesión, pero sus avances no eran ataques, ya que el local se abroqueló bien detrás. Y, de contra, salió rápido. De la línea de cinco volantes, Gustavo Villarruel y Facundo Callejo se desprendieron con inteligencia y amagaron con complicar a los de Daniel Jiménez con pases a Fernando Telechea.
En la primera lo tuvo el delantero, pero tapó Barucco. Luego, los dos intentos siguientes fueron imprecisos. Y, después, fue el propio Villarruel el que disparó lejos. Por el lado de Instituto, le faltaba cambio de ritmo de tres cuartos de cancha en adelante. Por eso, las mejores situaciones se dieron cuando rompieron líneas Adrián Peralta y Christian Bernardi.
En la primera, “el Kily” superó la marca, tocó al medio, hubo una triangulación y Javier Velázquez la tiró por arriba. En la segunda fue todo de Bernardi, que apiló a tres marcadores para luego disparar cerca del arco de Jorge Broun. En el complemento, Osella puso otro punta, pero la Gloria fue quien más intentó en el comienzo.
El goleador Javier Velázquez casi abre el marcador antes de los cinco minutos. Pero, enseguida se complicó la tarde para la visita. A la lesión de Julio Moreyra en el primer tiempo, se le sumó la expulsión, a los 12, del capitán Raúl Damiani y la lesión de Abel Masuero. La Gloria improvisó una defensa y le entregó la pelota a Colón, que hasta los 35 no supo cómo abrir la defensa de la visita.
En los últimos 10, Telechea y Pavón tuvieron una chance. En ambas apareció Barucco. Por eso, Instituto se volvió a Córdoba con un puntazo, más allá de todo.
Uno por uno
Rodrigo Barucco. Respondió bien, cuando se lo exigió, además de cortar con precisión algunos centros que le tiró Colón.
Raúl Damiani. Hasta la expulsión, el capitán albirrojo había rendido correctamente.
Julio Moreyra. En su vuelta a Instituto, “el Indio” alternó buenas y malas.
Abel Masuero. Como le ocurrió a Moreyra, lo complicaron los pelotazos al vacío. Sobre todo los de Telechea. También se fue lesionado como Moreyra.
Damián Schmidt. Como lateral fue complicado por Facundo Callejo. Tras las bajas por lesión, pasó a la zaga y tuvo un buen rendimiento.
Christian Bernardi. Arrancó bien la jugada, pero le faltó terminación. Fue el más punzante, de mitad de cancha hacia adelante, aunque al final se cansó.
Lucas Rimoldi. Preciso. Sobre el final, tuvo que marcar más de lo que jugó.
Gastón Machín. Acompañó bien en el doble “5”, pero, luego, al ser utilizado como lateral derecho, el cordobés Cristian Pavón lo desbordó casi siempre.
Adrián Peralta. Cómo volante no entró mucho en juego. Cuando lo hizo el equipo soñó con romper el cero.
Marcos Aguirre. Por momentos, pareció estático, y cuando tuvo la pelota, abusó en el traslado. Cuando se asoció, produjo lo mejor.
Javier Velázquez. Estuvo solo y peleó más de lo que jugó.
Emiliano Endrizzi. Cumplió. Ignacio Antonio. Fue su segundo partido y no se notó. Correcto.
José Luis García. Poco. Pudo hacer más.