Quizá haya sido apenas un espejismo. Tal vez la realidad vuelva a mostrarle pronto a Instituto dónde está parado realmente. Pero, así y todo, qué bien le vino a la Gloria el triunfazo que metió anoche ante Gimnasia en Jujuy.
El equipo de Daniel Jiménez llegó al norte del país con todas las perder y se retiró sacando pecho en un reducto durísimo. Es cierto que no mereció ganar, que la suerte lo acompañó más que nunca y que anoche todos los astros se alinearon con el albirrojo. En lo que iba del torneo, Instituto no había ganado y, encima, visitaba al Lobo jujeño, que peleaba por la punta del grupo y llevaba 20 juegos sin derrotas en su estadio. Pero, en el momento menos pensado, Instituto dio una prueba de carácter; una señal de que piensa dar pelea, dejando en claro que no quiere bajar los brazos antes de tiempo.
Fue así que, al menos por 90 minutos, los jugadores de Miliki hicieron olvidar el calvario que hoy se vive en Alta Córdoba: el club tiene una deuda cercana a los 60 millones de pesos, los jugadores antes de viajar hicieron saber su descontento por la falta de pago y, encima, el equipo no ganaba.
Pero, anoche, la Gloria sacó la cabeza del agua y encendió una luz de esperanza. Que tal vez no sea más que eso, pero cuánto bien le hizo a este Instituto que llegaba golpeado por todas partes.
En el momento justo
La buena onda que se percibía en el vestuario de Instituto después del partido fue un anticipo del impacto anímico del resultado. Y contrastaba con lo que se vivía en el camarín del dueño de casa. Para graficar el impacto de lo sucedido, alcanza el escueto análisis de Mario Sciacqua, el DT de Gimnasia: “Hicimos todo el gasto, pero ellos se llevaron los puntos. Es importante que la derrota nos agarre con tiempo para recomponernos. No lo esperábamos. Nos vamos dolidos, preocupados y con una gran frustración”.
“Me tenía mucha fe porque nunca perdí en esta cancha. Ellos nos llegaron mucho, pero fueron todos centros”, destacó Jiménez.
Su par de Instituto estaba feliz porque “encontró el equipo”, según sus propias palabras. “Me tenía mucha fe porque nunca perdí en esta cancha. Ellos nos llegaron mucho, pero fueron todos centros”, analizó Jiménez.
Después, admitió que la fortuna los acompañó. “Contra Argentinos y Ferro merecimos ganar jugando bien. Hoy no jugamos mal. Jugamos un partido aceptable y lo ganamos. Alguna vez la suerte jugó de nuestro lado”, dijo el entrenador.
También hubo tiempo para reconocer a dos de las figuras del equipo: Rodrigo Barucco y Juan Carlos Maldonado. Sobre el arquero, “Miliki” dijo: “Me pone muy alegre porque Rodrigo confió mucho en nosotros y nosotros en él”. Y, acto seguido, habló del volante: “Los dos goles tuvieron que ver con Maldonado. Siento una satisfacción grande por él. Tiene que volver al nivel que demostró en su mejor época de Belgrano”.
Los jugadores de Instituto se quedaron elongando un rato largo en el terreno de juego del estadio de Gimnasia. No pudieron ni sacarse de encima la presión. Es que el tiempo de relajarse y disfrutar de la victoria esperará para mejor oportunidad, porque desde mañana la cabeza estará puesta en Nueva Chicago, el rival al que recibirá el domingo a las 20.