Se jugaban tres minutos de descuento y el partido se iba en un empate. Pero Argentinos Juniors fue por la última. Ramírez se abrió sobre la derecha, vio que por el otro lado ingresaba Cabral y se la tiro.
Cabral la recibió, la controló y quedó mano a mano con Rodrigo Barucco. Y entonces el arquero de Instituto, muchas veces cuestionado, apareció en toda su dimensión y tapó una jugada clarísima de gol.
El portero de la Gloria hizo, quizá, la atajada de la fecha. Que mantuvo la justicia en la cancha del Bicho porque una derrota de los de Carlos Mazzola hubiera sido injusta.
Es que Instituto no sólo no mereció perder. Mereció traerse los tres puntos porque planteó un partido inteligente, metió tiros en los palos y le anularon dos goles. Demasiado.
Ahora, la Gloria será local ante San Martín de San Juan el próximo domingo (en horario a confirmar).
