Juan Pablo Belatti vive el mejor momento de su carrera. Hace pocos días, el comité arbitral de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (Fifa) lo confirmó como uno de los jueces de línea argentinos que dirigirá en el próximo Mundial de Brasil, la máxima aspiración para cualquier referí.
Más allá de su pasión por el fútbol, la solidaridad, el compromiso y el compañerismo son algunas de las cualidades que sus amigos y compañeros rescatan de quien será en junio próximo juez mundialista.
Su compromiso social impulsó a Belatti a convertirse en uno de los protagonistas de la campaña en contra de la violencia de género, denominada “Por una vida libre de violencia”.
En diciembre de 2008, en uno de sus viajes a Córdoba, el árbitro recibió a la presidenta del Consejo Provincial de la Mujer, Graciela Ruiz, quien le colocó el lazo blanco, el símbolo de la campaña. Sus colegas Ariel Suárez y Patricio Lousteau cuentan que Belatti durante dos años llevó esa cinta, sin sacársela de su muñeca.
En diciembre de 2008, en uno de sus viajes a Córdoba, el árbitro recibió a la presidenta del Consejo Provincial de la Mujer, Graciela Ruiz, quien le colocó el lazo blanco.
Cuando en octubre de 2012 vino a Córdoba para dirigir un Belgrano-Boca, en el estadio Mario Kempes, Belatti volvió a recibir la cinta la misma que lució el sábado pasado, cuando River derrotó a Boca en el superclásico veraniego.
Belatti nació hace 34 años en Saladillo, provincia de Buenos Aires. Pero, a los dos años se fue a vivir junto a su familia a la ciudad de La Plata, por lo que se lo considera un ciudadano platense más.
A los 16 años ya estaba convencido de su vocación. Comenzó su carrera como árbitro amateur. en 2003 ingresó a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y arrancó su trabajo como profesional.
Belatti, quien además es profesor de educación física, en algún momento pensó en abandonar el arbitraje. Pero le llegó la oportunidad y hoy, junto a Néstor Pitana como juez principal y Hernán Maidana, el otro asistente, conforma la terna que representará a nuestro país, en el Mundial de Brasil.
Una vida sacrificada
“Juampi”, como le dicen sus colegas, se levanta todas las mañanas bien temprano, a las 5.30, para ir a entrenarse al predio de la AFA en Ezeiza.
El día que recibió en su celular el correo electrónico de notificación de la Fifa que sería un juez “mundialista”, Belatti recién se levantaba y se aprestaba a cumplir otra intensa jornada de trabajo. Pero no pudo tener un festejo completo, ya que no pudo compartir la noticia con su familia, de veraneo en la costa argentina.
Tiene dos hijos, Francisco y Lucrecia, de dos y un año, respectivamente. Y entre su responsabilidad profesional y el tiempo que le demanda su familia, decidió dejar de dar clases de educación física y dedicarse de lleno a su preparación, para rendir a pleno en Brasil 2014.
Todas las tardes toma clases de inglés –una exigencia de la Fifa para los jueces que dirijan en el Mundial–, ya que, como
el mismo señala con una sonrisa, “con el portugués miento un poco”.
